jueves, 12 de agosto de 2010

Por un ojo de la cara

Muchas de las frases que habitualmente usamos como "en casa de herrero cuchillo de palo" ó "no hay mal que por bien no venga" son auto explicativas. Hay otras con origen histórico como "a cada chancho le llega su San Martín" que tiene su origen en la festividad de San Martín de Tours durante la cual en algunos lugares de España se matan cerdos que serán comidos en honor del santo.


Una frase muy utilizada es "un ojo de la cara" para hacer referencia al elevado costo de algunas cosas. Esta frase tiene origen en la mitología nórdica.


Yggdrasil era el árbol de la vida. Sus ramas unían los nueve mundos: Asgard (residencia de los principales dioses), Vanaheim (residencia de los dioses secundarios), Midgard1 (el mundo de los hombres creados por los dioses), Helheim (la tierra de los muertos), Niflheim (hábitat del dragón Níðhöggr que tras el fin del mundo se encargará de atormentar a las almas), Muspelheim (hogar de los gigantes de fuego), Svartálfaheim (lugar donde habitan los elfos oscuros), Alfheim (allí viven los elfos de la luz) y Jötunheim (el mundo de los gigantes). De las raíces de Yggdrasil brotaba el líquido que llenaba el pozo de la sabiduría.



Odín, dios principal de la mitología nórdica, quiso beber de la fuente de la sabiduría pero Mímir, cuidador del pozo y tío de Odín, se lo impidió. Durante la guerra entre los dioses principales y los dioses secundarios Mímir fue tomado como rehén y decapitado. La cabeza con vida de Mímir fue enviada a Odín y éste la conservo como oráculo.


La cabeza dijo al Dios que para poder beber de la fuente de la sabiduría y obtener, así, el conocimiento de todas las cosas debería arrancarse un ojo de la cara. Odín entregó el precio impuesto por el oráculo y bebió. Odín pagó con un ojo de la cara el precio de la sabiduría de los años.