jueves, 26 de julio de 2007

No LLamarás

No tengo que llamarla. Aunque me esté muriendo por llamarla para escuchar su voz y preguntarle cómo está, con la secreta esperanza de que me diga que desde que nos separamos no puede dormir y se quiere arrancar los ojos por haberme dejado, no tengo que llamarla. Mi orgullo tiene que ser mas fuerte.


Si ella me dejó corresponde que ella me llame para decirme que se arrepintió. Claro que yo la atendería con aires de indiferencia. Después arreglaríamos para encontrarnos en algún lugar y conversar. La conversación terminaría en reconsiliación y todos felices. Pero no voy a ser yo quien levante el teléfono y haga la llamada, le corresponde a ella.


Quizás se cortaron las líneas teléfonicas en su área y por eso no ha podido llamarme. Má si, yo la llamo.


Tarda en conectar la llamada. Ahí empezó a sonar. ¿Empezó a sonar?, entonces corto. Si el teléfono suena quiere decir que no me llamó porque no quiso. No tiene excusa para no haberme llamado. Infeliz.


Entonces... si el teléfono funciona a lo mejor el problema lo tuvo ella. ¿No habrá tenido un accidente?. Quizás la atropellaron y está en el hospital. Sería de buen ex novio llamarla para ver cómo está y si me dicen lo del accidente ir a visitarla. Llevar un pequeño ramo de flores. No muy pequeño para que no parezca de compromiso y no muy grande para que no se noten mis intenciones de reconquistarla. Moribunda en su cama me tomaría la mano y me diría que eso no hubiese pasado si yo hubiese estado con ella, y me pediría que nunca más nos separemos. Sería un héroe salvador y un romántico que le lleva flores al hospital. Si, ¡la llamo!.


Suena una vez, suena dos veces, suena tres... alguien levanta el teléfono... ¡es ella!. Corto. ¿Cómo puede ser que no se le haya caído un piano encima?. Me la quiere hacer difícil. El teléfono funciona y ella está bien. Entonces, ¿Por qué no me ha llamado?.


Camino de lado a lado pensando qué está pasando. Seguramente ella está igual que yo, ansiosa junto al teléfono mordiendose los dedos para no llamarme. Con la mirada fija en el aparato esperando que suene con la esperanza de que sea yo el que la llame. Esperando que al atenderme me quiebre y le pida, bañado en llanto, de que me perdone y volvamos a intentarlo. Pero no le voy a dar el gusto. Ya descubrí cuál es su juego. Que se joda, porque yo no la llamo.


Me voy a la cama y espero que me dé sueño. Una oveja... Dos ovejas... Tres ovejas... Cuatro, Ochenta y tres, Cincuenta y dos... ¡NO!, ése es el teléfono de ella. Tengo que encontrar una forma de sacarmela de la cabeza.


Mis piernas me llevan, contra mi voluntad, hasta la silla frente al teléfono. Me siento y lo veo, pero agarro mis manos a la espalda para no hacer ninguna tontería. Sin darme cuenta mi frente, con una destreza que desconocía, golpéa el tubo que da 2 vueltas en el aire y cae en la mesa. Escucho el sonido que salé del auricular. Ése interminable Tuuuuuuuuu me invita a marcar el número, a llamarla. Pero yo soy más fuerte y mantengo mis manos en la espalda. Un aparato con sonido onomatopéyico no me va a doblegar. Mientras mi cerebro se ocupa de mantener mis manos alejadas del teclado, mi cabeza marca el número con la nariz y luego se pone contra el tubo.


Atiende ella otra vez. Su "Hola" es más dulce y adictivo de lo que había pensado. Me muerdo los labios para no decirle que la amo. Lo único que sale de mi boca es un "ah... em... um..." casi jadeante. "¿Quién habla?" pregunta comenzando a alterarse. Me doy cuenta de lo desagradable de mis sonidos y me callo completamente. Pero la respiración se me agita, el esfuerzo por permanecer callado es demasiado y la presión comienza a notarse en mi respiración. Ella, del otro lado, escucha mi respiración agitada. Grita "Degenerado" y cuelga en lo, que me parece, fue un golpe brusco contra el teléfono. Incluso su último grito me pareció dulce y adictivo.


Tengo que llamarla. Volver a escuchar su voz. Estoy empezando a sufrir un síndrome de abstinencia que me vuelve loco. Pero necesito una buena excusa, porque llamarla sólo para hablar es de perdedor.


Podría pedirle que me devuelva uno de los CD que le presté. No serviría, nunca la presté un CD porque no nos gusta la misma música.


Entonces un libro. Pero yo no leo ni los chistes del diario, ¿qué libro le voy a pedir?.


En el tiempo que mi cerebro busca en el cajón de excusas mis dedos, sin pedir permiso, marcan su número como un reflejo condicionado. Antes que suene 2 veces me atienden del otro lado. Es una mujer, pero su voz no tiene la suavidad que estoy buscando. Reconozco de inmediato a su madre y tras saludarla amablemente pregunto por el centro de mi universo. Sin decirme nada la arpía esa con la que siempre guardamos un profundo y declarado odio recíproco dejó el teléfono y me anunció en forma despectiva y con un marcado desgano.


Siento sus pasos acercandose al teléfono. Rítmicos. Armoniosos. Mi corazón comienza a agitarse mientras ella se acerca. La espera se termina y siento la dulzura que sale de sus labios cruzar la línea telefónica hasta mi oído izquierdo. Contesto a su distante saludo y es en ése momento dejo toda mi suerte en manos de mi cerebro. Espero que estando bajo presión saque de la manga una excusa impecable y ponga en vías el tren de la conversación con destino a la felicidad eterna.


Abro la boca y sin siquiera tener que pensar largo las palabras mágicas: "Llamaba para ver cómo está tu mamá". Tras un pequeño silencio contestó "¿Por qué no le preguntaste cuando te atendió?". El tren de la conversación descarriló.


Cuelgo el teléfono y me quedo sentado mirando el aparato satisfecho por lo hecho. Fueron los 12 segundos de puro silencio más lindos de mi vida. No me quedan dudas que está profundamente enamorada de mi. Quiere disimularlo. Busca ocultarlo. Pero a mi no me engaña.


Mañana la llamo para preguntarle por el perro y la invito a tomar algo.

viernes, 20 de julio de 2007

Chau Negro


Falleció ayer, en la ciudad de Rosario de Santa Fe y a los 62 años de edad, Roberto "Negro" Fontanarrosa. Un grande entre los grandes.


Un gran dibujante, un gran humorista y, según dicen quienes lo conocieron, una gran persona.


Teniendo la oportunidad de mudarse a Buenos Aires, con todos los beneficios que eso significaba para su carrera, prefirió pasar toda su vida en su querida Rosario. Cerca de la cancha de Rosario Central, el equipo de sus amores.


Creador del inolvidable Inodoro Pereyra, en el año 2006 fue homenajeado por el Senado de la Nación le entregó la Mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento en reconocimiento a su trayectoria.


Desde el año 2003 sufría una esclerosis lateral amiotrófica que ayer, 19 de Julio de 2007, le causó la muerte.


Grande fue la alegría del Negro cuando las autoridades de Rosario Central le pidieron especialmente que hiciera un dibujo para imprimirlo en las camisetas que usaría los jugadores de fútbol del club en los partidos oficiales. Un honor que ningún otro dibujante recibió de parte de ningún club.


El mismo un vez dijo "De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro.", por eso creo que el mayor de los homenajes se lo dio hoy la gente de Rosario. Gente que tanto lo quería y se acercó hoy a despedir sus restos entre aplausos y llantos. Incluso los comerciantes de la zona mantuvieron sus negocios cerrados hasta que los restos fueron trasladados pasadas las 11 de la mañana.


Hoy el humor argentino no hace gracia, se viste de luto.

jueves, 5 de julio de 2007

Con Mano Dura

Desde siempre una conducta contraria a las permitidas, cuando pudiese demostrarse el delito, ha devenido en castigo. Los castigos podían ir desde la privación de la libertad, el confinamiento hasta crueles torturas o ejecuciones.


Quién decide lo que está permitido o no y los métodos utilizados para elegir la sanción han cambiado a lo largo de la historia, pero es tema de discusión que no nos compete en éste momento.


Entre las torturas más conocidas podríamos nombrar la famosa Gota China, que consistía en acostar a la víctima boca arriba completamente inmovilizado dejando que una gota de agua fría cayera en su frente cada 5 segundos, ó el Potro donde las extremidades de los condenados eran atadas y de a pocos se las iba estirando provocando su dislocación y hasta el desmembramiento. No podríamos dejar de nombrar la Flagelación o la Defenestración que era, simplemente, arrojar a una persona por al ventana.


Algunos métodos de ejecución de los que quedan constancia son realmente crueles.


La Lapidación consistía en arrojarle piedras a una persona hasta causarle la muerte. Justamente de ése destino Jesús salvó a María Magdalena en aquel famoso episodio donde inmortalizó la frase "El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra". Esta pena de muerte aún es utilizada en algunos lugares de África. Otro método de ejecución nombrado en la Biblia es la Crucifixión sufrida por el mismo Jesús.


También se usaban artefactos como el Aplastacabezas que era una suerte de prensa que se utilizaba para apretar la cabeza de la víctima hasta que el cráneo reventaba. Otra muerte producida por aplastamiento fue la que se ejecutó en India por mas de 4000 años y se trataba de hacer que un elefante se pare encima de la persona que debía fallecer.


El Empalamiento fue muy utilizado por monarcas que querían dar un ejemplo de lo que le pasaría a quienes se revelasen. La muerte era producida atravesando el cuerpo con un palo. El palo podía ser introducido por un costado, por el recto o por la boca. La muerte era lenta y la agonía podía durar hasta 3 días. Las personas solían ser empaladas en las plazas para que todos los viesen. El rey Darío I de Persia llegó a matar 3000 personas de ésta manera.


Muy populares son la Decapitación, ya sea llevada a cabo a manos de un verdugo o por el uso de una guillotina, el Ahorcamiento y la Hoguera que sufrían las mujeres acusadas de practicar brujería.


En algunos casos se le daba al acusado la posibilidad de realizar Suicidio Forzado. En caso de negarse se le asignaba una muerte que muchas veces llegaba de alguna torturas. Por medio del suicidio la víctima se ahorraba sufrimientos y los ejecutores remordimientos.


Ya en la historia reciente podemos nombrar la Silla Eléctrica, la Inyección Letal o la ejecución masiva utilizando la Cámara de Gas.


La mayoría de éstas técnicas fueron utilizadas por la Santa Inquisición, y las de tortura suelen utilizarse en los juegos amatorios.


Durante la edad media en Europa un marido celoso hizo castrar a su sobrino que estaba teniendo un romance con su esposa. Cuando la justicia lo encontró culpable todos sus bienes fueron confiscados y los 2 sirvientes encargados de llevar a cabo la mutilación sufrieron el vaciamiento de sus ojos y luego la misma castración que habían ejecutado. Un claro ejemplo de que la justicia de los ricos no es la misma que la de los pobres desde hace mucho tiempo.