miércoles, 29 de agosto de 2007

Brillaron por su Ausencia

Entre tantas subastas benéficas que se realizan en todo el mundo (hace poco se subastó el par de botines con los que Messi marcó aquel gol Maradoneano frente al Getafe) ahora serán vendidas las llaves que de haber estado abordo al Titanic hubiesen evitado, según dicen, su catastrófico final (y, por ende, el catastrófico film de Di Caprio).


Aquellas llaves eran las que abrían el armario donde estaban guardados los prismáticos que hubiesen permitido ver el iceberg a distancia suficiente para evitar la colisión. De ser tan importantes los prismáticos para la segura navegación de semejante embarcación podrían haber forzado la cerradura o simplemente romper la puerta, pero esa ausencia de dedos en la frente no es subastable.


Se calcula que las llaves alcanzarán un precio cercano a los 140.000 dólares, dinero que será utilizado para crear becas para jóvenes que deseen hacer carrera en la marina inglesa.


En futuras subastas podrían venderse otros objetos que de haber estado presentes hubiesen evitado catástrofes. Algunos objetos que se encuentran en lista de espera para ser vendidos son: la honestidad de los políticos, los métodos anticonceptivos que podrían haber evitado el nacimiento de los Videlas y Pinochets, y el cerebro que de estar en la cabeza de Tinelli nos hubiese evitado años de catástrofe televisiva.

viernes, 24 de agosto de 2007

La Cultura Mata

Muchas veces he escuchado que el saber no ocupa lugar y que los libros no muerden. Pero si bien se mira, es posible que ciertos libros nublen la razón de la gente y puedan convertirse en armas de doble filo.


Mas allá de las discusiones que se arman en torno de lo bien o mal escrito que está un libro, y si su trama es buena o no, me interesa ver cómo un libro puede influir en nuestra forma de ver el mundo condicionando algunas de nuestras percepciones.


Conocido es el pasaje de La Biblia donde Jesús detiene a un grupo de personas que estaba apedreando una mujer acusada de ejercer la prostitución1 al grito de "El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra", inmortalizando la frase y condenando a las Marías Magdalenas a sufrir enojosas comparaciones con la prostituta en cuestión.


Pero un extraño y trágico caso de éxito literario fue el que sufrió el conocido escritor Johann Wolfgang von Goethe, autor del Fausto. A los 24 años Goethe sufrió un desamor que, junto con el suicidio de un amigo, lo llevó a escribir "Las cuitas del joven Werther", novela en la que el protagonista, Werther, sufre un gran desamor y termina quitándose la vida. Tal fue la fama del libro, primer éxito literario de Goethe, que nació en Europa la "Fiebre de Werther". Los fanáticos lectores vestían las ropas del personaje y copiaban algunas de sus frases. Algunos jóvenes se vieron tan identificados que decidieron copiar el trágico final de la historia. Se calcula que 2000 lectores se suicidaron inspirados por el libro. Sobre el final de su vida, Goethe recibía la visita de muchos admiradores que sólo habían leído un libro entre los muchos que había escrito: "Las cuitas del joven Werther". Para Goethe ésto era un castigo que le venía a recordar aquel desamor que había sufrido y las muertes que había provocado cuando escribió el libro intentando evitar su propio suicidio.


Pero ejemplos de gente que se fanatiza con libros podemos ver en nuestros días. Muchísima gente en Europa se organizó para juntar firmas con el fin de salvar la vida del joven mago Harry Potter. Tras el lanzamiento del tercer o cuarto libro la autora anunció que la saga contaría con siete tomos y que en el último Harry perdería la vida. Las reglas del juego estaban claras como el agua. El que no estuviese de acuerdo tenía 2 opciones: dejar de leer sus libros o aceptar la idea. Pero hay gente que no entiende que la literatura, por suerte, no siempre encierra finales felices y quiere ir en contra de los deseos de la creadora del persona. Es conmovedor ver a tanta gente movilizarse con el fin de salvarle la vida a un personaje de ficción, porque es bien sabido que la gente de verdad no resucita por muchas firmas que se junten.



viernes, 10 de agosto de 2007

Déjà Vu

Nota del Autor: Leer ésta nota dos veces puede ser fruto de un Déjà Vu.

Para quienes no estén familiarizados con el término, "Déjà Vu" en francés quiere decir "Ya visto". Es la sensación de vivir dos veces el mismo momento. Como cuando vas subiendo una escalera, ves pasar un gato negro y un segundo después ves pasar nuevamente el mismo gato en la misma dirección. Algunos atribuyen estos fenómenos a capacidades paranormales en las personas, errores en el sistema o una máquina del tiempo manejada por Denzel Washington. Pero los aguafiestas de los científicos salieron con que es una anomalía del cerebro, que generalmente se dá entre los 15 y 25 años de edad, pretendiendo tirar abajo lo divertido de la cuestión.


Científicos intentaron recrear éste fenómeno en un laboratorio para poder determinar sus causas, pero no les fue posible. Algunas de las teorías apuntan más que nada a una falla neuronal. Un problema por el cual el cerebro altera su funcionamiento normal provocando ésta sensación de haber vivido anteriormente lo que se está viviendo ahora.


Una teoría indica que el problema radica en el proceso que el cerebro utiliza para guardar los recuerdos a corto plazo. Aparentemente, y esto me lo explicaron hace muchos años por lo que podría equivocarme, el cerebro capta la información que le envían los ojos, analiza lo que vemos y luego lo almacena. A veces el cerebro sufre un desliz y almacena antes de analizar. Con lo que después de analizar quiere almacenar de nuevo, pero se da cuenta que ese recuerdo ya estaba en la memoria a corto plazo y es ahí cuando se produce el Déjà Vu.


Otra teoría dice que los Déjà Vu se producen por un retraso en la recepción de las entradas perceptivas de la mente consciente, permitiendo que el inconsciente perciba primero el entorno. Para cuando el consciente lo percibe éste ya se encuentra en la memoria provocando la sensación de que se está viendo algo que ya se había visto.


La redacción de éste Blog, tras una prolongada reunión adornada con botellas que eran vaciadas de a poco por los asistentes, comentarios desagradables y chistes burdos; no pudo determinar si los científicos han planteado dos teorías sobre los motivos que provocan un Déjà Vu o simplemente plantearon una sola teoría con distintas palabras.


Promediando la reunión de editorial y teniendo la mesa poblada de botellas vacías (lo que en la jerga popular se denominan "cadáveres") se produjo un interesantísimo debate entorno a los Déjà Vu.


Primero quisimos determinar si el plural era "Déjà Vus", "Déjà Vues" ó "Déjà Vuses". Pero luego de discutir acaloradamente durante largo rato, y cuando un par de miembros que sostenían distintas posturas estaban empezando a desconocerse, un mediador puso paños fríos a la situación al grito de "¿Sómo amigo o no sómo amigo?" y todos respondimos levantando nuestras copas y vitoreando frases como "¡Que viva la patria!", "¡Vivan los novios!" y "¡Que no se corte!". Finalmente decretamos que "Déjà Vu" es una expresión extranjera y por lo tanto no debe ser pluralizada. Además, una palabra que no tiene plural gana jerarquía por el misterio que la envuelve, sobre todo cuándo uno se pregunta "¿Por qué carajo no tiene plural?".


Luego debatimos sobre el motivo por el cuál se produce el fenómeno que titula ésta nota y generamos nuestras propias teorías. Una es que son visiones premonitorias sobre lo que va a pasar a futuro. A 2 segundos en el futuro. Y la otra es que los hombres (y quizás las mujeres también) tenemos la capacidad de viajar en el tiempo. Podemos volver 2 segundos en el tiempo sin planearlo y sin desearlo.


En aquella oportunidad no fue determinada la utilidad de poder adivinar el futuro con 2 segundos de antelación, o de viajar en el tiempo y no tener tiempo de cambiar el pasado. Pero guardamos la esperanza de que futuras generaciones puedan mejorar éstas habilidades y les encuentren una utilidad.


Finalmente establecimos la diferencia entre un Déjà Vu y una simple repetición de acontecimientos. Así determinamos algunos casos de la vida cotidiana que no son Déjà Vu:


1) Ir todos los días al trabajo por el mismo camino.
2) Que tu novia te pregunte cincuenta veces si le queda bien el vestido nuevo.1
3) Que tu mamá te llame quinientas veces para ver si estás bien en tu nuevo departamento.
4) Que tu novia te pregunte cincuenta veces si estás seguro que le queda bien su vestido nuevo.1
5) Recibir tres mil veces el mail de la vírgen desatanudos y otras cadenas innecesarias e inútiles.
6) Que tu novia te pregunte si estás por demás seguro que le queda bien su vestido nuevo.1


Para terminar, y como premio a los lectores que llegaron al final de la nota les damos la oportunidad de experimentar lo que es un Déjà Vu en carne propia. Quienes decidan hacerlo van por cuenta propia. La redacción del Blog no se hace cargo por los daños que éste experimenta pueda provocar en su lóbulo temporal. Para poder seguir adelante con el experimento sólo hagan click AQUI.