Me detengo un momento a descansar. Miró hacia atrás y veo el camino andado. Un camino largo y sinuoso. Por momentos escarpado y por momentos llano. Por momentos una huella difícil de seguir y por momentos un camino bien demarcado.
Algunos recuerdos me dibujan una media sonrisa en el rostro, otros intentan arrancarme una lágrima. Sacudo la cabeza para liberarme de la nostalgia y acomodo la pesada mochila para seguir andando.
Adelante el camino es incierto y con infinitas ramificaciones. Tomo aire para inflar el pecho y sosegar esas sensaciones encontradas. por un lado la satisfacción y la felicidad de la tarea cumplida. Por el otro la ansiedad y el temor de afrontar nuevos desafíos.
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