Que los números son una parte esencial de nuestra vida es algo que está fuera de discusión. Está demostrado que antiguas civilizaciones utilizaban números para contar objetos incluso sin tener en su vocabulario una palabra que signifique "número", así como nombraban distintos colores sin tener una palabra que signifique "color".
Pero hay números que tienen vida propia. Números que con sólo nombrarlos se significan muchas más cosas que un simple número. El 7 y la suerte que lo acompaña según los supersticiosos, el 666 y su demoníaco significado, el 10 y lo que vale en un contexto futbolístico, el 69 y... ¿qué más decir?
Sin duda alguna el más controvertido de los números, el más polémico y expuesto, algo así como la vedette de los números, es el 13. Odiado por muchos, amado por pocos.
Del 13 pueden decirse muchas cosas. Número primo, presente en la sucesión de Fibonacci. Pero es más interesante analizar lo que viene por detrás, el valor agregado que la gente y sus creencias le han dado.
La mala fama que rodea al número 13 ha generado una fobia llamada triscaidecafobia y lo ha llevado a ser excluido en muchos casos. En las competencias de F1 no es utilizado, en Madrid no existe la línea de autobús número 13, en muchos hoteles y edificios la numeración de los pisos salta del 12 al 14 y en algunos vuelos comerciales el asiento 13 es llamado 12 bis.
La mala fama de éste número está reflejada en distintas mitologías y religiones. Según la mitología escandinava en una cena de los dioses, habían 12 invitados. Loki, dios del mal, se enteró que no habia sido invitado y decidió hacerse presente para arruinarles la fiesta, convirtiéndose así en el invitado número 13, y aguafiesta.
Según la biblia, en la última cena había 13 comenzales. La Cábala nombra 13 espíritus malignos. El capítulo del Apocalipsis que habla del anticristo y la bestia es justamente el 13.
Siguiendo la leyenda escandinava de la cena de los dioses y lo dicho por la biblia sobre la última cena, los reyes de Francia e Inglaterra se aseguraban siempre de que no hubiesen 13 personas sentadas a la mesa. Cuando el número de comenzales era el fatídico 13, no se sentaban a la mesa hasta que no se consiguiese un extra que ocupe el lugar 14 en la mesa.
¿Y qué pasa con los días 13? En España, Grecia y latinoamericana el Martes 13 es considerado como un día de mala suerte, similar a lo que sucede con los Viernes 13 en la cultura anglosajona, y el caso particular de los Viernes 17 en Italia.
El día Martes es el día del dios Marte, dios de la guerra, de la destrucción, la sangre y la violencia. De ahí la nefasta fama del Martes 13.
Por su lado, el mal nombre del Viernes 13 tiene un fundamento histórico. El Viernes 13 de Octubre de 1307 la Santa Inquisición dió la orden de arrestar a los Caballeros Templarios realizando varios detenciones esa misma noche. Los caballeros fueron asesinados o condenados a la hoguera, dadas las creencias de que realizaban actos paganos y prácticas herejicas. Semejante matanza fue la que dió lugar fama de los Viernes 13.